Decálogo de Francisco Antonio Zea Pérez
- Seré feliz. Expulsaré de mi espíritu todo pensamiento triste, me sentiré más alegre que nunca. NO me lamentaré de nada. Hoy agradeceré a DIOS la alegría y la felicidad que me regala.
- Trataré de ajustarme a la vida. Aceptaré al mundo como es y procuraré encajar en él. Si sucede algo que me desagrada no me lamentaré ni me mortificaré, agradeceré que haya sucedido porque se puso a prueba mi voluntad de ser feliz. Hoy seré dueño de mis nervios, de mis sentimientos, de mis impulsos. Para triunfar tengo que tener dominio de mí mismo.
- Trabajaré alegremente, con energía, ánimo y pasión. Haré de mi trabajo una diversión. Comprobaré que soy capaz de trabajar con alegría. Comprobaré mis pequeños triunfos. No pensaré en los fracasos.
- Seré agradable. No criticaré a nadie. Si comienzo a criticar a una persona cambiaré la crítica en elogios. Toda persona tiene sus defectos y virtudes. Concentraré mi atención en sus virtudes y olvidaré sus defectos. Hoy evitaré las discusiones y conversaciones desagradables.
- Voy a eliminar dos plagas: la prisa y la indecisión. Hoy viviré con calma y paciencia porque la prisa es enemiga de una vida feliz y triunfaré. No permitiré que la prisa me acose ni que la impaciencia me abrume. Hoy tendré confianza en mi mismo. Le haré frente a todos los problemas con decisión y voluntad y no dejaré ninguno para mañana.
- No tendré miedo, actuaré valientemente. El futuro me pertenece. Hoy tendré confianza en que Dios ayuda a los que luchan y trabajan.
- No envidiaré a los que tienen más dinero, más belleza o más salud que yo. Contaré mis bienes no mis males. Compararé mi vida con otros que sufren más.
- Trataré de resolver los problemas de hoy. El futuro se resuelve a sí mismo. El destino pertenece a los que luchan. Hoy tendré un programa que realizar; si algo me queda por hacer, no desesperaré, lo haré mañana.
- No pensaré en el pasado. No guardaré rencor a nadie. Practicaré la ley del perdón. Asumiré mis responsabilidades y no echaré la culpa a nadie por mis problemas. Hoy comprobaré que Dios me ama y me premia con amor.
- Haré una buena acción a alguien ¿a quién? Buscaré a alguien para hacerlo sin que lo descubran y, al llegar la noche, comprobaré que DIOS me ha premiado con un día lleno de felicidad …. Y de mañana haré un día como hoy.